El Jueves Negro tuvo lugar el 24 de octubre de 1929, día en el que dio comienzo la caída en la Bolsa de Nueva York y con ella el Crac del 29 y la Gran Depresión. El desplome de la Bolsa de Nueva York del Jueves Negro produjo una situación de verdadero pánico que provocó la posterior crisis bancaria en Estados Unidos.
En Marzo se sucedieron tres semanas de subidas constantes; al mismo tiempo reinaba la sensación de que la Bolsa estaba muy sobrevalorada. En ese momento comenzó a difundirse el rumor, no falto de fundamento, de que el Consejo de la Reserva Federal de Estados Unidos se estaba reuniendo a diario y en secreto para no despertar temores.
El viernes 18 de octubre de 1929 comenzaron a venderse acciones y cundió el pánico en algunos sectores de Wall Street, saliendo a la venta 8 millones de acciones, descendiendo ese día el índice 7 puntos, y el Sábado otros 12 puntos.
El 24 de octubre, tras varias pequeñas bajadas, se produjo la primera gran caída, llegando a descender la Bolsa un 9% pero en aquella ocasión no había un banco que comprara las bolsas o una amalgama de inversores que pusiera freno.
El pánico fue tan gigante que la policía debió clausurar la bolsa. Se llegaban a ofrecer paquetes de acciones a un tercio de su valor, sin encontrar comprador.
Muchos millonarios y ricos inversores se lanzaban desde los rascacielos, incapaces de asumir la gran depresión que se avecinaba y que nadie quiso ver.
No obstante el Jueves Negro no fue el peor día. Tras una recuperación el viernes, y otra pequeña el lunes, se produjo el Martes Negro (29 de octubre), donde el índice de la Bolsa descendió más que en ninguna otra jornada de la Bolsa. Las bajadas continuaron hasta el mes de enero cuando se tocó fondo.
En Marzo se sucedieron tres semanas de subidas constantes; al mismo tiempo reinaba la sensación de que la Bolsa estaba muy sobrevalorada. En ese momento comenzó a difundirse el rumor, no falto de fundamento, de que el Consejo de la Reserva Federal de Estados Unidos se estaba reuniendo a diario y en secreto para no despertar temores.
El viernes 18 de octubre de 1929 comenzaron a venderse acciones y cundió el pánico en algunos sectores de Wall Street, saliendo a la venta 8 millones de acciones, descendiendo ese día el índice 7 puntos, y el Sábado otros 12 puntos.
El 24 de octubre, tras varias pequeñas bajadas, se produjo la primera gran caída, llegando a descender la Bolsa un 9% pero en aquella ocasión no había un banco que comprara las bolsas o una amalgama de inversores que pusiera freno.
El pánico fue tan gigante que la policía debió clausurar la bolsa. Se llegaban a ofrecer paquetes de acciones a un tercio de su valor, sin encontrar comprador.
Muchos millonarios y ricos inversores se lanzaban desde los rascacielos, incapaces de asumir la gran depresión que se avecinaba y que nadie quiso ver.
No obstante el Jueves Negro no fue el peor día. Tras una recuperación el viernes, y otra pequeña el lunes, se produjo el Martes Negro (29 de octubre), donde el índice de la Bolsa descendió más que en ninguna otra jornada de la Bolsa. Las bajadas continuaron hasta el mes de enero cuando se tocó fondo.
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