El objetivo de esta guerra era destruir
buques mercantes, cobrar la sed
de venganza de Hitler hacia Gran
Bretaña y trasportar mercancías de
forma secreta.
La vida en un submarino estaba
marcada por el aburrimiento, la claustrofobia y momentos de autentico terror.
La batalla más destacada es la del Atlántico. El bando aliado y el eje protagonizaron una lucha por las líneas de
navegación del Océano Atlántico en el 1942.
La batalla se desarrolló basada en el potencial submarino por parte de Alemania. Para
hacerles frente, los aliados desarrollaron el sonar y el radar. Los alemanes decidieron enviar sus submarinos a
la caza de los buques enemigos, eran conocidos como las “manadas de los lobos” de Dönitz (nombre del almirante alemán al
mando). Los aliados contraatacaron con un número mayor de destructores y
portaaviones. Este envío se desencadenó un intenso bombardeo sobre los
astilleros alemanes causando numerosos destrozos. Alemania ya no podía luchar
contra los innumerables recursos aliados. La victoria fue para los aliados
a finales de 1943.
El último plan de Hitler fue el 16 de Mayo de 1945. El submarino
U-234, partía en misión secreta rumbo a Japón con una carga de uranio suficiente como para construir dos bombas atómicas. Pero no llegó a su destino, ya que Alemania
se vio obligada a rendirse así que el
submarino se rindió ante los
estadounidenses.
Uno de los protagonistas de esta guerra fue Günther Prien. El 14 de Octubre de 1939, al poco de iniciar la
guerra, se hizo con la fama. Consiguió hundir
el acorazado HMS Royal Oak, tras infiltrarse en el puerto principal de la flota británica, Scapa Flow.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.