Durante el nazismo muchos médicos y científicos estuvieron involucrados en experimentos llevados a cabo en los campos de concentración.
En Birkenau, Auschwitz y Dachau, estuvieron a cargo del doctor Sigmund Rascher. Los
experimentos médicos contrarios a todo sentido ético que fueron llevados a cabo
durante el Tercer Reich se pueden dividir en tres categorías.
La primera abarca
los experimentos dirigidos a la facilitación de la supervivencia del personal
militar del Eje. En Dachau, los científicos realizaron experimentos sobre la
congelación en los que utilizaban a los prisioneros para encontrar un
tratamiento efectivo contra la hipotermia.
La segunda categoría de experimentos estaba dirigida al desarrollo y comprobación de productos farmacéuticos y métodos de tratamiento para las lesiones y enfermedades a las que el personal militar alemán estaba expuestos en los campos. En los campos de concentración alemanes de Sachsenhausen, Dachau, Natzweiler, Buchenwald y Neuengamme, los científicos probaron compuestos de inmunización y sueros para la prevención y tratamiento de enfermedades contagiosas.
La tercera categoría pretendía progresar en los principios raciales e ideológicos de la visión nazi. Entre los más conocidos fueron los experimentos de Josef Mengele con gitanos y mellizos. El "Ángel de la Muerte" seleccionaba a las rarezas cuando bajaban del tren en el campo de Auschwitz. En el caso de los gemelos, Mengele los estudiaba por varios días, y cuando todas las pruebas habían sido tomadas, los mataban con una inyección de cloroformo en el corazón.
Otros experimentos que pretendían ampliar los objetivos raciales de los nazis, consistían en una serie de experimentos de esterilización llevados a cabo principalmente en Auschwitz y Ravensbrueck.