lunes, 22 de octubre de 2012

Calabaza con el pañuelo de Luis XVI.

El 21 de enero de 1793, el rey de Francia Luis XVI fue ejecutado en la guillotina por conspirar contra la libertad de la nación y tras un intento de fuga. Según las crónicas que se conservan de la época, fueron muchos los ciudadanos que subieron al cadalso a mojar sus pañuelos en la sangre del monarca para tener un recuerdo del histórico acontecimiento.
La calabaza, decorada con técnica pirográfica, lleva en posesión de una familia de Bolonia desde hace más de un siglo. El objeto, valorado en 2 millones de euros, muestra los retratos de varios protagonistas de la revolución francesa, como George Danton, Maximilien Robespierre, Camilla Desmoulins, Louis-Sébastien Mercier, Jean Paul Marat, la reina Maria Antonieta y el propio Luis XVI.
 
 
Uno de los testigos de la ejecución del Rey mojó su pañuelo en la sangre del monarca y lo guardó en una calabaza.

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