miércoles, 28 de enero de 2015

Auschwitz; antes y después

Hoy me he encontrado este artículo de un periódico inglés llamado Daily Mail y me ha parecido bastante interesante. En este artículo aparecen fotos de algunas partes de Auschwitz durante la época del holocausto y que hoy en día tienen otra historia y finalidad completamente diferentes.

Aquí os dejo la dirección del artículo por si queréis ver más: http://www.dailymail.co.uk/news/article-2928063/Pictures-Oswiecim-Auschwitz-now.html

Harrowing: Oswiecim - called 'Auschwitz' by the Germans - was home to 8,000 Jewish residents before the war; in 1941 they were rounded up by the Nazis. Pictured: Lining up in the high street
ANTES: Una calle donde los alemanes están alineando a los prisioneros.

Quiet: By the end of the war, the town in the shadow of the death camp had not one Jewish resident. Pictured: The same high street in the sleepy town today, according to the guide
HOY EN DÍA: Una calle normal con establecimientos.

Rudolf Hoess, the camp commander, pictured here with Dr. Josef Mengele, lived in a house on the edge of the campThe house which is now home to pet shop worker Pawel Jurczak, and his English teacher wife Sylwia
ANTES Y AHORA : El comandante del campo Rudolf Höss (junto a Mengele en la foto) vivió en la misma casa en la que hoy en día vive un trabajador de una tienda de animales junto a su pareja.

Horrors: The house, pictured, is just 300 metres from the crematorium and gas chambers
ANTES: Casa situada a 300 metros de los crematorios y las cámaras de gas. En esta casa vivía el comandante del campo, Rudolf Höss.
'Polish': But the couple who have made it their home see it as a Polish house, and not a Nazi house
HOY EN DÍA: Casa donde vive una pareja.
Occupation: The town was consumed as part of Nazi Germany in 1939, and work soon began transforming the local army barracks into the biggest killing machine in history
ANTES: Dos soldados pasando por un puente durante la Segunda Guerra Mundial.
Changes: Today, the soldiers who used to cross this bridge are long gone - but the sense of death will always linger
HOY EN DÍA: Dos personas pasando por el mismo puente.

Control: Nazi flags used to adorn the buildings of Oswiecim, reminding residents they were no longer under the control of the Polish government
ANTES: Iglesia junto a algunos edificios donde las banderas nazis eran puestas para recordar a los habitantes de que ya no estaban bajo el control del gobierno polaco.
Peaceful: Today, the church in Oswiecim has survived - but the flags are long forgotten
HOY EN DÍA: Misma iglesia pero sin banderas nazis. Por suerte esta iglesia logró permanecer en pie a pesar de la guerra.

Opulent: The grand hotel which once stood in the town has been demolished
ANTES: Hotel que fue destruido durante la guerra.
Plain: Today, a far blander building stands in its place, with pictures of American screen siren Marilyn Monroe in the windows
HOY EN DÍA: Edificio con imágenes de Marilyn Monroe.

martes, 27 de enero de 2015

70 años de la liberación de Auschwitz

Aquí os dejo algunas de las fotos que más me han impactado de la ceremonia en recuerdo al 70 aniversario de la liberación de Auschwitz. 




lunes, 26 de enero de 2015

70 años de la liberación del campo de concentración de Auschwitz.

 Aquí os dejo una notícia que he encontrado sobre el 70 aniversario de la liberación de Auschwitz.

Este martes se cumplen 70 años de la liberación del campo de concentración más emblemático de los nazis. Los últimos supervivientes del campo de exterminio reviven su pesadilla.

 "Esto es Auschwitz y en tres meses moriréis "

Igor Malitski, superviviente de Auschwitz, junto a los cuarteles en el antiguo campo de concentración.

 

 Jack Rosenthal de los EE.UU., un sobreviviente de la antigua concentración y exterminio campo nazi alemán de Auschwitz.

 "Llegamos con el primer tren de prisioneros a la estación de Auschwitz. Éramos 728 jóvenes, la mayoría estudiantes. Nos bajaron de los vagones y nos llevaron ante el edificio principal de la estación. Tenían una lista con nuestros nombres. El oficial nazi Karl Fritzsch se dirigió a nosotros para dedicarnos unas palabras que me han acompañado toda la vida. 'No tenéis ni idea de dónde estáis', nos dijo. 'Esto es un campo de concentración alemán, no un centro curativo. Aquí se sobrevive como mucho tres meses. Y si entre vosotros hay sacerdotes o judíos, entonces la esperanza de vida es de seis semanas'".

 Józef Paczynski cuenta su historia con tranquilidad pasmosa y gesto amable. A veces incluso esboza una media sonrisa. Józef tenía 19 años cuando llegó al campo de concentración y exterminio de Auschwitz. Era 14 de junio de 1940. Tras ser detenido en Eslovaquia, fue trasladado al campo como preso político por formar parte del ejército de liberación polaco.

Józef Paczynski abandonó el campo el 19 de enero de 1945. 

"Esto es un campo de concentración alemán, no un centro curativo. Aquí se sobrevive como mucho tres meses"

Contra el pronóstico del oficial nazi que lo recibió a las puertas de una muerte casi segura, Józef abandonó el campo el 19 de enero de 1945 (poco antes de liberación de Auschwitz) en la llamada 'Marcha de la Muerte': acosados por el ejército soviético, las SS trasladaron a los prisioneros hacia el interior del Reich. Tras pasar por Mathausen, Józef recaló en los campos de Melk y Ebensee, en Austria. Un domingo 6 de mayo, una patrulla del ejército de Estados Unidos lo liberó definitivamente. Hoy tiene 95 años y es uno de los pocos cientos de supervivientes que todavía pueden contar su historia. 

Este martes, 27 de enero, se cumple el 70 aniversario de la liberación de Auschwitz por el Ejército Rojo. Una fecha redonda para conmemorar el horror vivido en el que fue centro fundamental del holocausto programado y ejecutado por el régimen nacionalsocialista de Adolf Hitler. "Sólo aquel que vivió Auschwitz puede entender lo que aquello fue. Auschwitz fue un infierno". Esta es una de las frases más repetidas por quienes viven para contarlo.

"Solución final" para los judíos europeos

En la maquinaria bélica nacionalsocialista, Auschwitz se convirtió en el mayor campo de concentración y exterminio del Tercer Reich. Construido en la primavera de 1940 en el sur de la Polonia ocupada, en verano de 1941 el comandante en jefe de las SS, Heinrich Himmler, le comunicó a Rudolf Höss, comandante de Auschwitz, que el campo de concentración que dirigía tenía que cumplir una función central en la "solución final" para los judíos europeos y otras minorías del Viejo Continente.

Según cálculos aproximados, entre 1940 y 1945 el régimen nacionalsocialista deportó a alrededor de 1,3 millones de personas a Auschwitz: la gran mayoría eran judíos, pero también había ciudadanos polacos, gitanos, presos políticos alemanes y soviéticos, y milicianos de la resistencia antinazi de diversas nacionalidades, entre ellos republicanos españoles. Alrededor de un millón de personas no sobrevivieron. El 90 por ciento de los muertos eran judíos. La gran mayoría de las víctimas fueron asesinadas en cámaras de gas.
Como muestran los documentos conservados, Hitler diseñó un 'Plan General para el Este'. "Ese plan preveía para Polonia oriental, los Estados bálticos, Bielorrusia y Ucrania un gigantesco reasentamiento de más de 30 millones de ciudadanos judíos y eslavos a cambio de grupos de población alemana y otros pueblos germánicos", escribe el historiador Gerd R. Ueberschär en su artículo 'El asesinato de los judíos y la guerra en el Este'. Ese presunto intercambio de población acabó desembocando en una máquina de aniquilar seres humanos perfectamente engrasada.

La lógica industrial de Auschwitz supone un punto de inflexión en los crímenes perpetrados por el ser humano a lo largo de la historia. Al campo de concentración y exterminio de Auschwitz se iba a morir, pero no sin que los asesinos hubiesen calculado la optimización de las ejecuciones masivas y la productividad que las víctimas podían aportar en los trabajos forzados antes de ser ejecutadas o de simplemente fallecer por agotamiento o a causa de las enfermedades que surgían en los barracones por las pésimas condiciones sanitarias. Esa obsesión del régimen nacionalsocialista por la productividad de los prisioneros queda patente en la cínica frase en alemán que todavía hoy se puede leer a la entrada de Auschwitz: 'Arbeit macht frei' ('El trabajo hace libre').
   
  Industrialización del horror
 El funcionariado del régimen hitleriano también jugó un papel fundamental en el horror del que Auschwitz y el resto de campos de concentración del Tercer Reich fueron escenario. "Sólo el funcionamiento coordinado y altamente eficiente de la administración del Estado nacionalsocialista hizo posible que millones de personas de casi todos los países de Europa fueran deportadas a los campos de exterminio y posteriormente asesinadas" escribe el historiador Wolf Kaiser.

Toda su familia fue exterminada.
Eva Fahidi, de 90 años, susperviviente del campo de exterminio nazi, sostiene el retrato de su familia. Todos ellos, procedentes de Hungría, fueron exterminados.

 


Un corte de electricidad ayudó a Jerzy Ulatowski a escapar de Auschwitz junto a su familia.

















Víctima del doctor Mangele.
Danuta Bogdaniuk-Bogucka, de 80 años y superviviente de Auschwitz. Fue utilizada en los experimentos con presidiarios del doctor nazi Josef mengele.













 Las deportaciones sistemáticas en trenes con horarios puntualmente programados, el decomiso y almacenamiento de los bienes de las víctimas, el control y registro en documentos oficiales del número de personas ejecutadas y la optimización de los medios necesarios para esa ejecución se llevaron a cabo a través de la aplicación de decretos y leyes vigentes en la Alemania nazi. Y ello no habría sido posible sin la participación directa de cientos de miles de funcionarios.

 Mientras más de un millón de personas eran deportadas a Auschwitz entre 1940 y 1945, otros cientos de miles se encargaban de sellar las órdenes de deportación y de detallar los protocolos. Es lo que algunos historiadores denominan la "racionalización del crimen".
 "Entre los miembros de las SS que nos vigilaban había criminales profesionales, sí, pero no todos eran mala gente; entre ellos también había personas decentes" asegura Józef Paczynski para sorpresa de su auditorio. Józef lo reconoce: sobrevivió a Auschwitz en parte gracias a que fue elegido para formar parte de un grupo de 40 reclusos que trabajaba en la zona residencial reservada para las SS, muy cerca de las cámaras de gas y los crematorios donde se incineraban a miles de cadáveres.

 En esa zona residencial, la vida era relativamente normal, en parte ajena a el engranaje de
aniquilamiento en el que se encontraba. El comandante del campo, Rudolf Höss, vivía allí con su familia. Después de que el peluquero personal del comandante cayese en desgracia y fuese enviado a morir a la segunda fase del campo de concentración, Auschwitz-Birkenau, a Józef Paczynski se le encargó la tarea de cortarle el pelo al máximo responsable del campo. "Höss era un padre y un marido ejemplar, una persona tranquila y discreta. Nunca le vi golpear a nadie, pero daba órdenes muy rigurosas y se aseguraba de que fueran minuciosamente ejecutadas. Para ello, él mismo eligió a criminales profesionales".

Tadeusz Smerczynski nunca conoció al Höss, pero sí sufrió las órdenes que el comandante del campo de exterminio tan estrictamente hacía cumplir. 188506. Ese era el número que los nazis le tatuaron a su entrada a Auschwitz-Birkenau en 1944. Allí fue obligado primero a construir búnkeres y trincheras, para después pasar a trabajar en una cocina, lo que aumentó increíblemente sus posibilidades de superviviencia. "En 1979 decidí hacerme borrar el número de prisionero de la piel, aunque ello no borró los recuerdos de mi mente»" cuenta hoy Tadeusz a sus 90 años de edad.

"Tengo la suerte de que el odio es para mí un sentimiento ajeno. Nunca sentí odio contra los criminales nazis."

 "Cuando entré en Auschwitz-Birkenau, los nazis querían acelerar el exterminio de judíos, que llegaban por miles en trenes desde Francia, Holanda, Bélgica y Hungría. Los nazis llegaron a gasear a 2.000 o 3.000 judíos a diario. Como los crematorios no daban de sí, volcaban las cenizas en fosas o incluso quemaban los cadáveres a cielo abierto". Este médico polaco retirado relata el horror con tono pausado y enormes dificultades. Tadeusz reconoce que cuando se decide a relatar su paso por el sistema de aniquilación de Auschwitz, pasa el resto del día hundido, se queda sin fuerzas.

 Auschwitz hoy

 Auschwitz es hoy un gigantesco memorial a cielo abierto. Los responsables de gestionar la herencia del horror decidieron conservar buena parte del campo de exterminio tal y como el Ejército Rojo lo encontró. Franz Engel, Klara Goldstein, Bernd Israel, Jane Neumann, Paul Gelbkopf, Marie Kafka son sólo algunos de los nombres que el visitante puede leer en las superficies de las miles de maletas agolpadas en una de las salas del memorial. En otras estancias se conservan prótesis, muletas, bastones y miles zapatos de los más diversos tamaños. Son los restos de la masa humana que tuvo que pasar por el mayor campo de exterminio del nacionalsocialismo. Visitar Auschwitz hoy no es tarea fácil.

La larga sombra de Auschwitz se sigue proyectando sobre la actual Alemania. "Ningún cómplice de ese crimen tiene derecho a vivir una vejez tranquila", sentencia el ministro de Justicia alemán, Heiko Maas. El pasado jueves, el ministro socialdemócrata ofreció un durísimo discurso sobre las "vergonzosas omisiones" cometidas por la justicia alemana y que permitieron que la "mayoría" de corresponsables del holocausto pudieran reintegrarse impunemente en la sociedad germana.

 Maas anunció la creación de una comisión de investigación independiente que tendrá acceso a todos los archivos existentes. El informe de la investigación verá la luz a finales de 2015 y no será "del gusto" de la justicia alemana, en palabras del propio Maas. El ministro de Justicia hizo ese anuncio ante dos supervivientes de Auschwitz durante la inauguración de la exposición 'No olvides tu nombre' sobre los niños nacidos en el mayor campo de concentración de la dictadura nazi. Actualmente hay 30 investigaciones en curso sobre vigilantes y guardas de Auschwitz todavía vivos.




 Sin sed de venganza
 Tadeusz Smerczynski no tiene sed de venganza, pero sí quiere que se haga justicia si es que todavía es posible. "Tengo la suerte de que el odio es para mí un sentimiento ajeno. Nunca sentí odio contra los criminales nazis, pero siempre he pensado que el crimen debe ser castigado. Lamentablemente, miles de culpables evitaron una sentencia. Recuerdo, por ejemplo, a un jurista que trabajaba como funcionario de la Gestapo ante el que tuve que comparecer. Él me envió a Auschwitz-Birkenau. Murió hace un año en Alemania, creo. Fue juzgado por un tribunal alemán que lo absolvió por considerar que actuó siguiendo las leyes de la Alemania nazi". Tadeusz parece tener que masticar esas palabras antes de pronunciarlas.

A falta de justicia completa, supervivientes como Tadeusz Smerczynski y Józef Paczynski invierten parte de los últimos días de su vida explicando su paso por Auschwitz. Antes de culminar su relato, Józef aprovecha para agradecer la atención del auditorio y lanzar una última petición: "Id por el mundo y contad todo lo que os he contado".

domingo, 25 de enero de 2015

Libros rescatados del olvido.

Ojeando los libros que tiene mi abuela en su casa me he encontrado dos que han llamado mi atención.




EL BAILE DE LOS MALDITOS – Irwin Shaw. 


"He aquí una de las obras más logradas y famosas del autor de Hombre rico, hombre pobre. Gira en torno a tres personajes, y la acción se sitúa en la época en que Hitler lanza sus divisiones contra Polonia. De mano maestra quedan admirablemente trazados los caracteres de grandeza, brutalidad, heroísmo y horror que sobresalieron en la Segunda Guerra Mundial. Ha sido llevada a la pantalla en una extraordinaria superproducción interpretada por Marlon Brando, Montgomery Clift y Dean Martin."



La novela es narrada desde la perspectiva de tres hombres que luchan en bandos distintos pero cuyos caminos acabarán encontrándose cuando estalla la Segunda Guerra Mundial. El teniente Diestl (interpretado en la película por Marlon Brando) es un oficial alemán cuyos ideales de servir a la patria por una causa justa, se van viendo deshaciendo por las desgracias causadas por la guerra y los crímenes que se ve obligado a presenciar. Michael Whitecre (Dean Martin) es un cínico y famoso actor de Broadway que es llamado a filas a pesar de su rechazo por deberes militares y e miedo a tener que arriesgar su vida en el las filas. En cambio, Noah Ackerman (Montgomery Clift) es un soldado americano –judío– cuyo patriotismo no impide que sea marginado por sus compañeros debido a su religión, y que ha de afrontar el rechazo de la propia sociedad por la que combate. 

   La película fue rodada en la década de los cincuenta dando una perspectiva nueva de la II Guerra Mundial profundizando más en temas morales y personales del conflicto dejando de lado el heroísmo. Su carácter era antibelicista.



 
                

(Trailer original en inglés.)








La lista de Schindler – Thomas Keneally. 



 1942. El holocausto.

 Millones de personas torturadas y asesinadas. 
Más de seis millones de judíos exterminados.
1942. La catástrofe que marcaría la historia universal.

Un solo hombre. 
"¿No me conoce…?"
Una lista.
"Esta lista… es la vida"
Una hazaña inolvidable. 
“… Soy Schindler”

Oskar Schindler.
 La historia de un hombre justo.


"Era alto y rubio, alemán y católico; su nombre era Oskar Schindler y aunque estuviera casado, sus amantes se disputaban el privilegio de dedicarle una noche de diversión mientras el dinero corría por sus manos con sospechosa alegría. Este hombre, que no tenía madera de santo y nunca pretendió ser un héroe, fue capaz de resolver a su manera la <cuestión judía> construyendo en Cracovia un campo de concentración que era a la vez una fábrica. Tras los muros de este campo albergó un lugar seguro de Checoslovaquia. Figurar en <la lista de Schindler> era para un judío, sinónimo de salvación en una época en que los hornos de Auschwitz funcionaban de noche y de día. En Jerusalén, en la avenida de los Hombres Justos, hay un árbol que recuerda la emotiva historia de Oskar Schindler que Thomas Keneally ha novelado con un respeto absoluto por los hechos históricos y la maestría indiscutible de un gran narrador. 
QUIEN SALVA LA VIDA DE UN HOMBRE, SALVA AL MUNDO ENTERO."



martes, 6 de enero de 2015

TRABAJO HASTA EL DÍA 19 DE ENERO

Ante todo, ¡Feliz año 2015! Espero que todos vuestros proyectos se cumplan durante este año.
Os dejo el trabajo que tenéis que hacer en mi ausencia. Tiene que ver con el tema de la Primera Guerra Mundial (el trabajo en grupo sobre COLONIZACIÓN lo organizaremos a mi vuelta).

Hay que hacer resumen/esquema de las siguientes páginas del TEMA 10: 168-174 (desde el punto 1 hasta el 2.2, ambos inclusives)