Asedio del duque de Berwick
En 1719 San Sebastián fue tomada, por primera vez, por un poderoso ejército francés mandado por el duque de Berwick, quien se encontró una ciudad débil en fortificaciones y una pequeña guarnición con escasez de víveres y munición. La ciudad estuvo ocupada por una guarnición de 2000 soldados franceses hasta el 25 de agosto de 1721 en que fue evacuada por el Tratado de La Haya.
Durante la Guerra de la Independencia, San Sebastián fue ocupada en 1808 por las tropas napoleónicas. Nombrado José I (José Bonaparte) soberano de España, entró el 9 de junio en San Sebastián, recorriendo la calle Narrica, en la que permanecieron todas las ventanas cerradas. En junio de 1813 los aliados, las tropas anglo-portuguesas, bajo el mando directo de sir Thomas Graham y el duque de Wellington, con un fuerte contingente de tropas y armas, sitiaron la ciudad. Después de varios días de intenso bombardeo y un primer asalto fallido, el 31 de agosto tuvo lugar el asalto definitivo, realizado a través de la brecha abierta en las murallas, obligando a replegarse a las tropas francesas hacia el Castillo, donde capitularán el 8 de septiembre.
El saqueo de las tropas anglo-portuguesas causó un gran incendio, del que solo se salvaron las edificaciones situadas al norte de la calle de la Trinidad, así como treinta y cinco casas. Estas casas no fueron quemadas porque servían de alojamiento para los oficiales británicos y portugueses, mientras iniciaban el ataque al Castillo.
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