domingo, 31 de enero de 2016

Rasputín

Gregori Efimovich, más conocido como Rasputín, fue un místico ruso con una gran influencia en los últimos días de la Dinastía Romanov. Aunque tradicionalmente en español es más conocido como Rasputín, la pronunciación en ruso es Raspútin. También fue conocido como «el Monje Loco».
En su lugar de origen pretendía darse una apariencia de Jesucristo y tenía fama de sanador mediante el rezo, razón por la cual y gracias a una amiga de la zarina llamada Anna Výrubova, en 1905 fue llamado al palacio de los zares para cortar una hemorragia de su hijo único Alexis Nikolaevich de Rusia, que padecía de hemofilia. El zarevich efectivamente mejoró —algunos investigadores sostienen que fue mediante hipnosis— y la familia Romanov, especialmente la zarina Alejandra, cayó bajo la influencia de este controvertido personaje.



Influencia en la monarquía rusa
Rasputín no solo se ganó el favor de la familia real, sino que también buena parte de la aristocracia se rindió a él. Sin embargo fue muy atacado por aquellos cortesanos y nobles que se sintieron amenazados en sus intereses y propagaron rumores que sirvieron de alimento para los revolucionarios enemigos del régimen zarista. El zar sólo lo toleraba en la medida que la zarina lo aceptara, aunque no había decisión del zar que no pasara por la supervisión de Rasputín. Durante la Primera Guerra Mundial fue acusado de ser un espía alemán y de influir políticamente en la zarina, que era de ascendencia alemana, en sus nombramientos ministeriales cuando el zar estuvo ausente por la guerra. Este hecho fue desastroso para la permanencia del régimen zarista.
Asesinato
El príncipe Félix Yusúpov y el primo del zar, el gran duque Demetrio Románov decidieron finalmente asesinarlo en Petrogrado la noche del 29 al 30 de diciembre de 1916 para acabar con su influencia sobre la zarina de origen alemán.

Finalmente, tras varios intentos previos de acabar con él, Rasputín murió 24 días antes de haber cumplido los 48 años de edad. El príncipe Yusúpov escribió posteriormente un relato en donde contaba punto por punto los sucesos ocurridos en la última noche de Rasputín. Pues, al parecer el monje ruso primero fue envenenado y más tarde tiroteado, y cuando lo creían muerto, envolvieron su «cadáver» en una alfombra y lo tiraron al río Neva. Pero luego, en la autopsia, se descubrió que murió ahogado.

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