miércoles, 24 de marzo de 2021

LA AMANTE DE MUSSOLINI

                                                 CLARA PETACCI

Claretta tenia 20 años, a pesar de su corta edad tenia un alto nivel cultural e intelectual. Ella provenía de una familia romana burguesa. Su padre formaba parte del equipo medico del papa Pío XI y también dirigía una clínica para la clase alta en Roma. Su madre era muy católica y era inusual verla sin un rosario en la mano. Era 29 años menor que IL DUCCE.

Se conocieron el 24 de abril de 1932, en una playa a las afueras de Roma, en Ostia, cuando el coche con el que clara viajaba junto con su hermana, su madre y su prometido, se cruzó con el dictador, y esta que sentía una adoración que rayaba el fanatismo por el, empezó a llamar su atención llamándole, llevaba obsesionada con él toda su vida, tenia fotos suyas en la pared de su habitación, y le mandaba cartas y poemas.

IL DUCCE que en aquel entonces se aproximaba a los 50, se sintió extremadamente halagado, así que se bajo del coche y la saludo. Clara era la clase de chica que a él le gustaba, joven, guapa, inteligente, y venía de una familia acomodada.  

Cuatro años después de aquel encuentro se hicieron amantes a pesar de que ambos estaban casados, él desde hacía 17 años con Rachele Guidi, con la que tenia cinco hijos, y ella con Riccardo Federici, un teniente de la aeronáutica militar italiana.

Clara era la seguidora más obsesiva del dictador, pero no la única, ni mucho menos la primera. El propio Mussolini reconoció haber tenido más de 500 amantes. Algunas de ellas solo pasaban unos minutos por la sala mapamundi del Palazzo Venezia en Roma y mantenían relaciones sexuales breves.

Pero para desgracia de Rachele Guidi, que intento separarles, Petacci era especial, tenia hasta una habitación en Palazzo Venezia. 

Aunque para el pueblo italiano solo había una esposa, Rachele Guidi, diez años menor que él e hija de una amante del padre del dictador, lo que llevó a especular con la posibilidad de que fuesen hermanos. Su matrimonio duró hasta el fallecimiento del dictador a pesar de los malos tratos y la lista interminable de amantes que recorrían el salón del mapamundi, pero Rachele no era una sufridora de casa, los que la conocían afirmaban que la verdadera figura dictatorial de la familia era ella. 

Rachele era consciente de que clara había llegado para quedarse, y que de no haber perdido el hijo que esperaba podría haber llegado a sustituirla, para consolarla, Mussolini la traslado a un piso de lujo y la cuidó con dedicación. A diferencia de Rachele, Clara que también era muy consciente de que había otras mujeres, no dudaba en montarle terribles escenas de celos al hombre mas poderoso de Italia. El también estaba celoso de ella por eso el lujoso apartamento sirvió también como cárcel. Clara recluida todo el día se dedicaba a documentar todo lo que pasaba con Mussolini, sobre su relación, su intimidad sexual y sus ideas políticas, Escribió casi 2000 páginas en unos diarios que al huir de Italia entrego a su amiga La Condesa Rina Cervis, que consciente de lo que podían provocar, los enterró en el jardín de su villa en Brescia. En los años cincuenta fueron descubiertos por la policía.

Cuando el fin era inexorable preparó la salida de la familia Petacci del país rumbo a España y también la de su mujer y sus hijos, pero Clara se negó a abandonarle. Era su ultima oportunidad para ser la única en su vida. Cuando las tropas aliadas controlaron definitivamente Europa, volvió a huir pero finalmente fue apresado por los partisanos que le reconocieron, ya no había escapatoria. Lo fusilaron el 28 de abril de 1945 junto a Clara que se negó a apartarse de su lado, ella se había interpuesto entre su amor y la metralleta del partisano, y murió primero, a él lo mataron después de un tiro en la nuca. Días antes Clara había escrito a su hermana, " Yo sigo mi destino, que es el suyo. no lo abandonare nunca, pase lo que pase".

Y lo cumplió. 








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