Primera Guerra Mundial
La maquinilla de afeitar de cuchilla desechable. En 1895, King Camp Gillette inventó la maquinilla de afeitar de cuchilla desechable, vendiendo 51 maquinillas de afeitar y 168 cuchillas. En 1915, la venta de maquinillas alcanzó las 450.000 unidades y 70 millones de cuchillas. Sin embargo, tres años después, la entrada de los EE.UU. en la I Guerra Mundial supuso su gran empuje, ya que suministró 4 millones de maquinillas a los soldados americanos.
El reloj de pulsera. Los oficiales de artillería los utilizaban para tener las manos libres a la hora de calcular las coordenadas de lanzamiento y operar con los cañones, popularizándolos entre los varones.
Reloj de pulsera |
Maquinilla y cuchilla |
Reloj de pulsera |
Segunda Guerra Mundial
El Volkswagen. Literalmente significa "coche del pueblo". Hitler propuso a los diseñadores que tuviera la forma de un escarabajo y desde ahí, hasta ahora.
El Coctel Molotov. En el 1939 fue inventado el Coctel Molotov por los finlandeses en su guerra de invierno contra la URSS. El arma consiste en una botella llena de una mezcla a base de gasolina a la que se le prende fuego con un trapo a modo de mecha. Su nombre se debe al político ruso Vyacheslav Mikhaylovich Molotov, quien ordenó su producción en masa. Una versión similar fue utilizada por el ejército republicano durante la Guerra Civil española.
El bolígrafo de bola. En 1938, el húngaro-argentino Laszlo Biro, inventa este bolígrafo en sustitución de las antiguas estilográficas de tinta, ya que éstas se secaban rápidamente y se atascaban, provocando chorretones de tinta. En la II Guerra Mundial fue empleado por los pilotos porque sus clásicas estilográficas explotaban como consecuencia de las altísimas presiones alcanzadas en las bruscas maniobras.
El insecticida. Los soldados americanos podían rociar un insecticida denominado “bomba insecto”, para combatir las enfermedades causadas por insectos en el área del Pacífico durante la Segunda Guerra Mundial. Se fabricaron 50 millones de unidades, y como resultado de la gran aceptación por parte del público de los excedentes de la guerra, las compañías comerciales empezaron a buscar formas de explotar esta novedosa forma de envasado.
La Fanta. Fue creada en 1941, durante la Segunda Guerra Mundial. Max Keith, que dirigió las operaciones de Coca-Cola en la Alemania Nazi durante la guerra, tuvo problemas cuando el gobierno estadounidense prohibió a las multinacionales comerciar con Alemania. Para solucionarlo, Coca-Cola cambió el nombre de sus fábricas, para hacerlas independientes y seguir sacando beneficios. Así Fanta nació exclusivamente para el mercado alemán, demostrando ser un éxito. Cuando Coca-Cola se restableció después de la guerra en el mercado europeo, compró la marca.
El nombre Fanta fue sugerido por un veterano vendedor de la compañía, Joe Knipp. Su idea vino gracias a un concurso que la empresa impulsó entre los empleados alemanes, para dar nombre al nuevo producto, en el cual Keith les pedía dejar volar su Fantasie (fantasía en alemán). Al oír aquello Knipp, dijo ¡Fanta!
El Jeep. Durante la II Guerra Mundial apareció un vehículo utilitario todo terreno de cuatro ruedas, que sería utilizado en múltiples versiones (ambulancia, vehículo ametralladora, camioneta todo terreno, etc.), con 600.000 unidades. Este vehículo sería conocido popularmente por los soldados como Jeep, al atribuirle poderes sobrenaturales, como los del perro de Popeye el Marino, Jeep. Su aparición en la vida civil tan sólo se dio unos años después. 2
Las bombas murciélago. Más que un invento, se trata de una de las innovaciones militares más extrañas, que consiste en el reclutamiento de animales kamikaze.
La idea consistía en bombardear Japón utilizando murciélagos a los que previamente se habrían adherido pequeñas bombas incendiarias de explosión retardada que hubieran estallado cuando los vampiros hubiesen buscado refugio en los edificios nipones, creando así una gran alarma social. Además, al volar en la oscuridad, crearían mayor confusión.
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