Josef Rudolf Mengele fue un médico, antropólogo y criminal de guerra nazi, especialmente reconocido por sus experimentos con detenidos en el campo de concentración y exterminio de Auschwitz, Polonia. Sus conocimientos en Anatomía, Cirugía, Genética, Enfermedades, Tratamientos, entre otros aspectos, los aplicó analizando, estudiando, torturando y ejecutando a miles de prisioneros durante la Segunda Guerra Mundial. Es por ello por lo que, tras conocerse estos crímenes, se le apodó "El ángel de la muerte".
Mengele fue enviado al campo de concentración de Auschwitz en sustitución de otro doctor que había caído enfermo. El 24 de mayo de 1943 se convirtió en el oficial médico del llamado campo gitano, una parte de Auschwitz-Birkenau.
Más tarde, Mengele se convirtió en el oficial médico en jefe
del principal campo de enfermería de Birkenau. Sin embargo, no fue el
oficial médico en jefe de Auschwitz; por encima en la jerarquía se
encontraba el médico de guarnición Eduard Wirths.
Fue durante su estancia de 21 meses en Auschwitz cuando el doctor
Mengele alcanzó la fama, ganándose el apodo de el "Ángel de la muerte".
Cuando los vagones de tren repletos de prisioneros llegaban a Auschwitz
II (Birkenau), con frecuencia Mengele esperaba en el andén junto a otros
médicos para seleccionar a los más aptos para el trabajo y la
experimentación, así como quiénes serían enviados inmediatamente a las cámaras de gas.
Mengele se paraba en una rampa frente a las filas e indicaba con un
gesto de la mano quién moría y quién vivía: a la derecha iban los
ancianos, niños, mujeres embarazadas e incapacitados;
a la izquierda iban las mujeres jóvenes y hombres de evidente buen
estado de salud. Los que quedaban en la fila de la derecha iban
directamente a las cámaras de gas.
Los supervivientes de este campo de concentración que conocieron a
Mengele lo describían como un oficial impecablemente aseado, muy apuesto
y perfumado, de gestos aristocráticos y poseedor de una extraña mezcla
de condescendencia y una ferocidad morbosa ante el poder de decidir
quién vivía o moría. Una característica distintiva de Mengele era un
notorio espacio interdental entre los dientes superiores frontales.
Muy pocas veces Mengele demostró humanitarismo respecto de alguno de
los condenados, e incluso mató personalmente a algunos cautivos por
desobedecer las reglas.
Mengele se mostró particularmente duro con aquellas internas que
quedaban embarazadas de los guardias. Madre e hijo (nacido o nonato),
iban inexorablemente a la cámara de gas.
Muchas veces, en los vagones en que se traía a los condenados
quedaban cadáveres de madres con sus hijos aún vivos en brazos. Mengele
ordenaba lanzar esas criaturas directamente al horno de la lavandería,
para que sirvieran de combustible. Más tarde cambió de actitud: permitió
a las embarazadas dar a luz, pero los bebés nacidos eran confiscados
para ir a dar a una sala de experimentación en otro lugar del campo de
concentración.
En muchos casos Mengele ordenó que a la madre parturienta se le
vendase el pecho para que no amamantara a su bebé. Recopilaba datos
sobre la muerte por inanición de los infantes.
Mengele explicaba a otros colegas su actitud:
-" Cuando nace un niño judío
no sé qué hacer con él: no puedo dejar al bebé en libertad, pues no
existen los judíos libres; no puedo permitirles que vivan en el
campamento, pues no contamos con las instalaciones que permitan su
normal desarrollo; no sería humanitario enviarlo a los hornos sin
permitir que la madre estuviera allí para presenciar su muerte. Por eso,
envío juntos a la madre y a la criatura."-
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