lunes, 7 de noviembre de 2016

La ciudadela de Jaca



Su construcción fue encomendada a Tiburcio Spanochi, ingeniero al servicio de Felipe II, dentro de un programa de defensa de la frontera aragonesa con Francia. 
El modelo del castillo corresponde a los nuevos esquemas de arquitectura militar derivados del uso de la artillería, en la que predominaban los muros más bajos y gruesos, taludes y emplazamientos específicos para cañones y otras bocas de fuego.
El 21 de marzo de 1809 era tomado por las tropas francesas ante la capitulación de la ciudad y el escaso número de tropas que lo defendían, ya que cuando se le dejó pasar para conquistar Portugal, Napoleón no era considerado un enemigo. Los soldados españoles, al mando del general Espoz y Mina, recuperaron el castillo tras varios meses de asedio, el 17 de febrero de 1814. A partir de entonces el castillo dejó de tener importancia militar.

Nos encontramos ante una fortificación de planta pentagonal, construida a finales del siglo XVI, que conserva todas y cada una de sus partes características; la entrada y el puente levadizo, las casamatas, los baluartes, los polvorines, el patio de armas, el foso y la iglesia. Conservaron en la entrada las campanas de la iglesia, ya que les servía para comunicar a los soldados que fuesen a por las armas. Acción de la que surgió la palabra “alarma” (al-arma).
Es llamativa la similitud que se encuentra con el Pentágono de Estados Unidos, el símbolo del poder militar…
Actualmente, el Ejército es el propietario del monumento.

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