Su construcción fue
encomendada a Tiburcio Spanochi, ingeniero al servicio de Felipe II, dentro de
un programa de defensa de la frontera aragonesa con Francia.
El
modelo del castillo corresponde a los nuevos esquemas de arquitectura militar
derivados del uso de la artillería, en la que predominaban los muros más bajos
y gruesos, taludes y emplazamientos específicos para cañones y otras bocas de
fuego.
El
21 de marzo de 1809 era tomado por las tropas francesas ante la capitulación de
la ciudad y el escaso número de tropas que lo defendían, ya que cuando se le
dejó pasar para conquistar Portugal, Napoleón no era considerado un enemigo.
Los soldados españoles, al mando del general Espoz y Mina, recuperaron el
castillo tras varios meses de asedio, el 17 de febrero de 1814. A partir de
entonces el castillo dejó de tener importancia militar.
Nos
encontramos ante una fortificación de planta pentagonal, construida a finales
del siglo XVI, que conserva todas y cada una de sus partes características; la
entrada y el puente levadizo, las casamatas, los baluartes, los polvorines, el
patio de armas, el foso y la iglesia. Conservaron en la entrada las campanas de
la iglesia, ya que les servía para comunicar a los soldados que fuesen a por
las armas. Acción de la que surgió la palabra “alarma” (al-arma).
Es llamativa
la similitud que se encuentra con el Pentágono de Estados Unidos, el símbolo del
poder militar…
Actualmente,
el Ejército es el propietario del monumento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.