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Richthofen era un piloto experimentado cuyas ansias de cazador no le nublaba la capacidad analítica. Es cierto que era arrogante y ambicioso, como todo buen cazador, pero también era un piloto que cumplía a rajatabla las directrices elaboradas por Oswald, su admirado maestro. Por eso aún cuesta entender porque cometió el error que le llevó hasta su muerte: sobrevolar a baja altura las líneas enemigas con gran presencia de artillería de los aliados.
A partir del estudio de varios expertos, su biógrafo en castellano expone tres razones:
-Las consecuencias de una herida en la cabeza, la desorientación o el viento. Algunos estudiosos apuntan que el daño cerebral causado por una bala que recibió en la cabeza en julio de 1917 y que le habría dejado unas jaquecas horribles “podría haberle disminuido su capacidad de juicio”.
-Otro motivo podría ser la desorientación en la que se encontraba Richthofen que podría estar causada por el hecho de verse obligado a volar a una baja altitud para dar caza a May desde la cual no veía las referencias geográficas necesarias para ubicarse.
-En último lugar, el escritor señala el factor del viento, que aquel día soplaba desde el este, una dirección atípica y opuesta a la trayectoria del Fokker rojo que posiblemente ralentizó el aparato durante su persecución, algo que el piloto, sorprendentemente, no tuvo en cuenta.
Tres hipótesis que intentan aportar luz, sin llegar a resolver, uno de los mayores misterios de la I Guerra Mundial.
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