Hacia las dos de la tarde del 7 de Mayo de 1915, el buque pasajero británico "Lusitania", un barco de 30.000 toneladas y con capacidad para 2.300 pasajeros, recibía el impacto de un torpedo disparado por un submarino alemán, hundiéndose en apenas veinte minutos causando la muerte de 1.200 individuos, entre los que se encontraban también mujeres y niños, la mayoría ciudadanos norteamericanos.
En 1915, los submarinos alemanes intentaban cortar el tráfico comercial en dirección a Gran Bretaña. Para combatirlos, Winston Churchill, por aquel entonces Primer Lord del Almirantazgo, ordenó duros procedimientos, incluyendo el camuflaje de buques armados como mercantes, lo que llevó a los sumergibles alemanes a atacar cualquier buque inglés sospechoso y renunciar a auxiliaros una vez torpedeados.
En la mañana del 7, el vicealmirante Cook, responsable del área en la que debía entrar el "Luistania" en su aproximación a la costa, se emitió un aviso: "Submarinos en acción frente a la costa de Irlanda".
El torpedo impactó debajo del puente y detuvo la carrera del enorme buque, al que sentenció con un segundo torpedo.
En ese momento, según su propia confesión, Walter Schwieger se dio cuenta de la identidad del barco y se imaginó la enorme trascendencia de su hundimiento, por lo que abandonó inmediatamente el lugar dejando atrás "Lusitania".
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