En 1915, los submarinos alemanes intentaban cortar el tráfico comercial en dirección a Gran Bretaña. Para combatirlos, Winston Churchill, por aquel entonces Primer Lord del Almirantazgo, ordenó duros procedimientos, incluyendo el camuflaje de buques armados como mercantes, lo que llevó a los sumergibles alemanes a atacar cualquier buque inglés sospechoso y renunciar a auxiliaros una vez torpedeados. En la mañana del 7, el vicealmirante Cook, responsable del área en la que debía entrar el "Luistania" en su aproximación a la costa, se emitió un aviso: "Submarinos en acción frente a la costa de Irlanda".
El torpedo impactó debajo del puente y detuvo la carrera del enorme buque, al que sentenció con un segundo torpedo.
En ese momento, según su propia confesión, Walter Schwieger se dio cuenta de la identidad del barco y se imaginó la enorme trascendencia de su hundimiento, por lo que abandonó inmediatamente el lugar dejando atrás "Lusitania".
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