Las ideas de Brandt cruzaban el umbral de la utopía y se asentaban en la realidad. Ya no se trataba de modelar el mundo de acuerdo con una teoría sino de escribir una teoría que tuviese encaje en el mundo.
El investigador Antonio Muñoz, estudioso de la figura de Willy explica que "Sin renunciar a los principios y a los objeticos máximos, defendió una política gradualista que tenía como objetivo mejorar el día a día de las personas"
Su llegada al poder en 1969 fue un momento de ruptura con el pasado. Con él cambió la faz de Alemania federal, se liberalizaron las costumbres, se ampliaron los derechos civiles y el estado social, y sobre todo se mostró al mundo una imagen nueva del país, abierto, solidario.
Ya retirado de la política, Brandt presenció en 1989 la caída del muro de Berlín y allí pronunció una de sus frases más recordadas: “Lo que pertenece al mismo tronco debe crecer junto”.
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