LA SEGUNDA GUERRA MUNDIAL CONTADA PARA ESCÉPTICOS
La historia de
la segunda guerra mundial como nunca te la habían contado. En el año 2015 se
conmemora el 70.º aniversario del final de la segunda guerra mundial, la guerra
total de la que todos conocemos los grandes hitos: los turbios inicios del
nazismo, la invasión de Polonia, la derrota de Francia, el bombardeo de Pea
El 23 de octubre de 1943, 1.700 deportados judíos polacos se
desnudan en el campo de exterminio de Birkenau antes de entrar en la cámara de
gas. Ante la mirada atónita de los SS alemanes, Franciszka Mannówna, una famosa
bailarina polaca, escenifica un voluptuoso
streaptease que desata la lujuria de un guardián. El
soldado se aproxima y la bailarina le golpea la cara con un zapato, se apodera
de su pistola y lo mata.
“Lo mata a él y a otro más.
Es significativo como se puede mantener la dignidad cuando te la han hecho
perder por completo”, explica Juan Eslava Galán, autor del libro
publicado por Planeta y en las librerías desde el 13 de enero.
"La vulgaridad y la grandeza no
son conceptos distintos, van muy unidos", argumenta Galán, y explica como
motivos ridículos a veces desencadenan efectos trascendentes. Las complejidades
de uno de los submarinos más modernos de la flota alemana, el U1206, hicieron
que un caza enemigo les descubriera y hundiera después de que su capitán
"tirara de la
cadena del retrete inapropiadamente".
"Franco quiso entrar en la guerra, en
contra de la opinión de que pretendió ser neutral, para unirse al carro del
vencedor, que él creía que iba a ser Hitler en un principio, pero Hitler
despreció a Franco". La participación en el bando del Eje se firmó, y
aunque "en el Pardo se destruyó la copia española del documento, la
alemana se conservó", relata el autor.
Y prosigue añadiendo que
"lo que queda en la memoria es que Franco nos salvó, lo cual no es más
que propaganda
franquista que sigue funcionando, y que enviamos a la
División Azul". "Para las nuevas generaciones, Franco es un dictador
sobre el que casi nada saben, para ellos es como si les hablas de
Napoleón".
Juan March es
otro personaje mencionado. Con una vida discreta pero épica, "que empezó
ya en la Primera Guerra Mundial, jugó a dos barajas y se enriqueció a costa de
la guerra", comerciando con los dos bandos y "cobrando en oro"
por sus servicios.
El exceso de ingeniería, lastre y derrota
Cuenta Galán que "el
exceso de diseño y de ingeniería también traicionó a los alemanes porque
destinaron recursos que no iban a poder rentabilizar. Algunas armas aún no se
han llegado a fabricar porque faltan los adelantos necesarios para
materializarlas", comenta el autor, explicando como ejemplo que "el
tanque germano Tigre era el mejor tanque de la época, pero solo pudieron fabricar
1300 ejemplares del primer modelo y 500 del segundo, contra los 40.000 sherman
de los americanos y los 80.000 T34 de los rusos".
"El Tigre es la
maravilla tecnológica que ha producido Alemania. Pero se trata de un tanque
plagado de defectos por una razón ridícula: Para poder presentárselo a Hitler
el día de su cumpleaños, adelantan el diseño que quedará sin depurar y lleno de
defectos".
Hacer digerible una etapa
tan compleja del siglo XX también es desmenuzarla en ideas razonables y
sencillas. "Los alemanes tenían una cosa en contra: Estaban en manos de
Hitler. Era un dictador e imponía su voluntad. Hasta los 30 años fue una
persona sin voluntad, sin oficio ni beneficio, pero era un demagogo y sus
compatriotas creyeron en él. La guerra la dirige él, un amateur, desde el
principio, y esta es la principal causa de que pierdan la guerra".
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