Józef Piłsudski
Józef Piłsudski nació en una familia aristocrática, en Zułów, el 5 de diciembre de 1867, fue el tercer hijo de una familia de 12 hermanos. Su padre (también Józef), fue comisario del gobierno nacionalista, durante el fracasado Levantamiento de Enero de 1863, contra el zar de Rusia. Su madre María provenía de una aristocrática familia lituana, los Billewicz.
En el gobierno, una de sus particulares era que todas las clases sociales se identificaban con el: los militares, y los civiles, la clase obrera y la aristocracia, los cristianos y los judíos, la derecha y la izquierda. Muchos lo sentían como un león saciado.
Pilsudski elige el socialismo para luchar contra el zar y en 1892 empieza a escribir en los diarios socialistas.
Allí ingresa a una organización que conspira contra el Zar de Rusia. Sin saber demasiado acerca de lo que está haciendo, es detenido por la policía, debido a que dicha organización planeaba atentar contra el Zar. Su hermano mayor Bronisław es sentenciado a 15 años de prisión y Józef a 5.
En Siberia toma contacto con comunistas y llega a la conclusión de que la liberación de Polonia solo se puede lograr por medio de fusiles en manos de obreros. Cuando regresa en abril de 1892, ya es otra persona, un verdadero revolucionario.
Milita en el partido socialista y edita el diario “Robotnik” (Trabajador). Como es extremadamente desconfiado, a la policía zarista le resulta sumamente dificultoso atraparlo.
En 1900 es detenido (por mera casualidad) y nuevamente encarcelado. Para escaparse finge (asesorado por un eximio siquiatra), estar demente y es enviado al hospital de San Nicolás en San Petersburgo de donde efectivamente logra huir en 1901
En 1904 estalla la guerra entre Rusia y Japón, Piłsudski recibe dinero del Estado Mayor Japonés, para realizar tareas de sabotaje contra objetivos rusos.
El 13 de noviembre el Partido Socialista organiza una gran manifestación contra el Zar en la Plaza Grzybowski en Varsovia. Los manifestantes se aglutinan bajo una bandera roja y entonan la marcha: “Warszawianka”. La policía zarista reprime y comienza un tiroteo, pierden la vida 6 manifestantes, 27 son heridos y 413 arrestados. Es la primera acción antizarista de magnitud desde el Levantamiento de enero de 1863 y es el puntapié de la lucha armada de la cual toma parte Piłsudski. Concretamente comienza acciones terroristas contra el zar, tal vez no a una escala, como lo es hoy en día el Isis, pero si seguramente parecidas, a lo que fue hasta unos años la acción del IRA (en inglés Irish Republican Army) o Ejército Republicano Irlandés, en contra de Inglaterra.
El 26 de septiembre de 1908 organiza y dirige en persona el ataque a un tren postal ruso, cargado de dinero en la estación de Bezdany (hoy Lituania). En esta acción pierden la vida varios soldados y funcionaros del correo ruso y Piłsudski consigue el dinero que necesita para organizar en gran escala “sus grupos de tiradores”. A partir de ese momento su movimiento pasa de tener miles de seguidores, a contar con decenas de miles de ellos.
En este mismo año pronostica la Primera Guerra Mundial.
En 1914 llega el momento esperado por Piłsudski, el comienzo de la Primera Guerra Mundial, las potencias de aquella época, que ocupan Polonia se desangran luchando entre ellas. Sus legiones luchan contra el zar.
El 11 de noviembre de 1918 es declarada oficialmente la independencia de Polonia, luego de 123 años de ocupación extrajera, nace la Segunda República de Polonia. Piłsudski es nombrado jefe de estado, cargo que ocupará hasta 1921.
Estando en el poder, uno de los problemas más importantes que debe afrontar es el hecho, de que no están definidas las fronteras del nuevo estado polaco y comienza una guerra no declarada con Rusia. Piłsudski quiere formar una confederación que sería llamada “Międzymorze” (entre mares), proyecto que no logra concretarse, sin embargo sus tropas llegan hasta Kiev, con el propósito de liberar Ucrania de los rusos.
Agosto de 1920: la Unión Soviética quiere llegar hasta Alemania e imponer el comunismo en todos los países europeos a su paso. Al llegar a Varsovia el ejército soviético es derrotado por los polacos en la batalla del Vístula, más conocida como el Milagro del Vístula. Esta batalla decide el futuro de Europa por 20 años y el gran héroe es Piłsudski.
El 17 de marzo de 1921 sus rivales de derecha lograron aprobar la nueva constitución de carácter netamente parlamentarista en la que el presidente ostenta poco poder. Piłsudski siente que el pueblo polaco no le es agradecido por todo lo que él hizo por su patria.
En 1922 es elegido presidente y asesinado a los pocos días el prof. Ing. Gabriel Narutowicz. Lo sucede en cargo el reconocido matemático Stanisław Wojciechowski.
En mayo de 1926 Piłsudski ejecuta un golpe de estado (donde pierden la vida cientos de polacos), el cual resulta exitoso debido a que las tropas leales al gobierno constitucional no logran llegar a Varsovia, debido a un sabotaje de los obreros ferroviarios.
Sin embargo una vez en el poder Piłsudski no es vengativo, incluso asciende a general al entonces coronel Anders, quien fue uno de los principales defensores del gobierno constitucional derrotado. Asimismo logra imponer como presidente a Ignacy Mościcki, un brillante químico (gran amigo de mi abuelo), quien es reelegido y continúa su mandato hasta la invasión alemana en 1939.
Sin embargo, Piłsudski no deja de ser el hombre fuerte de Polonia hasta su muerte (debida a un cáncer estomacal), acontecida el 12 de mayo de 1935.
En 1933 -previniendo lo que sucederá 6 años más tarde- quiere desarrollar una guerra preventiva contra Alemania, pero al no lograr consenso necesario, pasa a ser uno de los artífices del pacto de no agresión firmado entre Alemania y Polonia en 1934.
Sin embargo un hombre tan importante no podría simplemente morir, de modo que sus exequias son en realidad la despedida del líder con su pueblo. Millones de personas asisten a sus funerales. Entre las delegaciones extranjeras, que llegan a Polonia, para rendir un último homenaje al ex Jefe de Estado se destaca la de Alemania, encabezada por Hermann Goering (Ministro de Aeronáutica y Presidente del Consejo de Prusia), quien por esa época era conocido simplemente como un brillante piloto alemán, as de la Primera Guerra Mundial. Cabe destacar, que en Berlín las banderas ondean a media asta en homenaje al Mariscal, algo que resulta paradójico teniendo en cuenta las intenciones de este último de atacar dicho país 2 años antes.
Piłsudski da expresas órdenes de que su corazón sea enterrado junto a su madre en Vilna (mi tío abuelo, el entonces teniente Jerzy Bychowiec, tuvo el honor de ser uno de los oficiales que transportó la urna funeraria). Su cuerpo sin embargo descansa en el castillo de Wawel (Cracovia), junto a los reyes polacos.
En cierta forma es posible que el Mariscal deseaba influir en forma positiva sobre los destinos de Polonia aún luego de su partida de este mundo.»
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