miércoles, 14 de noviembre de 2018

Dickens y su opinión sobre la revolución francesa

“Era el mejor de los tiempos, era el peor de los tiempos,
la edad de la sabiduría, y también de la locura;
la época de las creencias y de la incredulidad;
la era de la luz y de las tinieblas;
la primavera de la esperanza y el invierno de la desesperación.”


La novela “Historia de dos ciudades” nos transporta a la  Revolución Francesa,
a el fervor y el radicalismo de los revolucionarios y al terror de la situación en generar,
desde una perspectiva más que particular.Sin embargo, Historia de dos
ciudades no es un tipo de trabajo rabiosamente antirrevolucionario y
pro monárquico, Dickens aclara las causas de la revolución a través de su vívida
representación de la aristocracia corrupta y brutal que dominó el gobierno monárquico
antes de la revolución.

Aunque Dickens parece estar de acuerdo con que  el antiguo orden francés era corrupto
y que la clase dominante merecía ser eliminada, no está de acuerdo con el radicalismo
y el extremismo de los revolucionarios franceses. Él retrata la revolución a partir de una
ira justificada. Esta novela está repleta de simbolismos como por ejemplo eventos  como
el asesinato del Marqués St. Evremonde por Gaspard, el padre del niño que el Marqués
atropelló en su carruaje, muestran los primeros signos de la violencia que se avecina
contra la clase alta.Sin embargo, una vez que se produce la revolución, las simpatía de
Dickens hacia  los rebeldes terminan y los presenta como fanáticos irracionales dispuestos
a matar a cualquier miembro de la aristocracia a quien puedan tener acceso, sin tener en
cuenta si esa persona ha cometido alguna injusticia contra el campesinado en el pasado o no.

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