La batalla de Montecassino fue una serie de cuatro duras batallas durante la Segunda Guerra Mundial, peleadas por los Aliados en Italia, con la intención de atravesar la línea Gustav y tomar Roma. Fue la lucha más sangrienta y trágica para los Aliados de toda la Segunda Guerra Mundial, en especial para la Commonwealth, formada por la 2ª División Neozelandesa y la 4ª división India.
Los alemanes (básicamente, paracaidistas de la 1ª División Paracaidista), tomaron el monasterio situado en la montaña desde donde divisaban y controlaban todo el valle y a los Aliados se les hacía prácticamente imposible atravesar la poderosa línea Gustav, posición defensiva alemana al sur de Roma reforzada durante meses por las tropas alemanas de élite (paracaidistas).
En Enero de 1944, tras varios contratiempos, los aliados comenzaron a avanzar lentamente desde Nápoles hacia Roma. Las tres primeras batallas terminaron con un éxito alemán arrollador y un fracaso absoluto por parte de los Aliados. Finalmente en la cuarta batalla, los Aliados vencieron, tomando las tropas polacas Montecassino (de donde los alemanes ya se habían ido) y quedando el camino hacia Roma abierto.
Los alemanes pese a perder la batalla, quedaron satisfechos con el resultado, ya que su objetivo no era ganarla sino alargarla lo máximo posible y causar el mayor número de bajas en el bando aliado (55.000 muertos) para facilitar la lucha en Normandía.
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