DESPUÉS DEL CRACK SOLO SE PRODUJERON DOS O TRES SALTOS CERTIFICADOS.
La imaginería popular siempre ha querido anestesiarse con el mito de que el jueves negro, muchos banqueros e inversores millonarios se suicidaron arrojándose desde los rascacielos de Manhattan, al quedarse de repente sin nada. "Al menos los causantes pagaron por sus culpas".
La cruda realidad es que la prensa de la época solo recogió 11 rumores de saltos suicidas en los día sucesivos al crack y probablemente solo haya pruebas fehaciente de dos o tres. Uno tuvo como testigo presencial al mismísimo Wiston Chirchill, entonces inversor de Wall Street, que se despertó el día 29 por el sonido que hizo un individuo al caer desde la decimo-quinta planta del hotel Savoy -Plaza donde estaba alojado.
Otro salto tuvo como protagonista a un venerable anciana, que por culpa del crack se vió sin fondo para afrontar su vejes. No fue precisamente la imagen idílica del banquero saltando por la ventana que ha permanecido. Un mes antes, octubre durante uno de los vaivenes de la bolsa previos al crack, el vicepresidente de la "Earl Radio Corporation" realizó un salto pionero desde su hotel en Manhattan. Había dejado una nota de suicidio escrita rezaba; "estamos en la quiebra, en Abril valía 100.000 $ y hoy tengo 24.000$ en números rojos".
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