Desde la caída de la monarquía el Palacio de Invierno ya no era la residencia real, sino el cuartel general del Gobierno y un hospital. Muchos de los heridos en el campo de batalla de la Primera Guerra Mundial se encontraban allí, ya que en el palacio había espacio suficiente. Así que cuando los bolcheviques empezaron a bombardear el palacio, algunos de los soldados se convirtieron en víctimas.
El asalto fue silencioso. Mientras se atacaba el palacio un grupo de 10-20 personas, lideradas por el militar bolchevique Vladimir Antónov-Ovseienko, se coló en el palacio a través de una puerta que no estaba vigilada en la parte de atrás del edificio. Después de algunas horas dentro del palacio encontraron el gabinete en el que los ministros estaban reunidos, los cuales fueron arrestados. Apenas hubo derramamiento de sangre "Los líderes soviéticos tenían argumentos para asegurar que la revolución de octubre había sido el menos sangriento en la historia de los levantamientos en Europa"
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