Kérenski |
Cuando la Revolución de Febrero se desencadenó en 1917,
Kérenski fue uno de sus líderes más destacados, siendo elegido vicepresidente
del Soviet de Petrogrado (un consejo de trabajadores). A pesar de su cargo en el consejo, su
actividad en él fue escasa; se concentró pronto en sus tareas ministeriales. Durante
los primeros momentos de la revolución, fue extremadamente popular. Dirigió a
las tropas alzadas a la Duma para tratar de involucrar a esta en el alzamiento;
allí ordenó el arresto de los ministros del Gobierno en nombre de las Cortes y
entregó unas salas del Palacio Táuride al nuevo Sóviet de Petrogrado.
Junto con Nikolái Chjeidze fue el único representante de los
partidos socialistas incluido en el Comité provisional de la Duma Estatal.
Recibimiento de Kérenski en Moscú en marzo de 1917. |
Participó en la abdicación del zar y en la creación de un
nuevo Gobierno. Cuando se formó el Gobierno Provisional fue al comienzo
ministro de Justicia más tarde ministro de la Guerra en mayo y, finalmente,
primer ministro en julio de 1917. Al ingresar originalmente en el Gobierno,
infringió la prohibición del Sóviet de Petrogrado a los socialistas de participar
en el Consejo de Ministros, que debía estar formado únicamente por ministros de
los partidos burgueses. Lo hizo por tanto por iniciativa personal, pero
consiguió más tarde del apoyo del pleno del Sóviet. Uno de los escasos
dirigentes socialistas capaces de tratar los asuntos de Gobierno al más alto
nivel en aquel momento, estaba convencido de la necesidad de involucrar en
estos tanto al Sóviet como a los liberales y a los dirigentes Aliados. Desde el
comienzo, fue uno de los miembros más destacados de los gabinetes del periodo
interrevolucionario y el personaje más popular del mismo.
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