Después de aplastar la Revolución fue nombrado primer
ministro en 1906 y conservó el cargo hasta su muerte. En 1907 reunió por
segunda vez la Duma (Parlamento) que solicitaban los reformistas; pero la
disolvió en cuanto comprobó la fuerza que tenía en ella la oposición de
izquierdas.
En aquel mismo año dictó una ley electoral más restrictiva
que, al reducir el peso del voto popular, le permitió convocar una tercera Duma
dócil a sus propósitos (1907-1912). Al mismo tiempo, puso en marcha una reforma
agraria encaminada a reducir el potencial revolucionario del campesinado ruso
(1906-1910): eliminó las comunidades campesinas locales, colonizó nuevas
tierras e impulsó el desarrollo de un campesinado propietario independiente.
Stolypin defendió también ideas originales respecto a la
política exterior. En más de una ocasión habló de que la Triple Entente
arrastraría al país a la guerra con Alemania. Curiosamente, Stolypin estuvo a
favor de firmar un tratado de cooperación con Estados Unidos, según él, el
único país de importancia con el que el Imperio ruso en aquel entonces no tenía
disputas serias. En una intervención ante la Duma, Stolypin afirmó: “Den al
Estado veinte años de tranquilidad, interna y externa, y no reconocerán a la
Rusia actual”.
El siete de septiembre de 1911 el anarquista y confidente de
la ojranka, la Policía secreta rusa, Dmitri Bogrov asestó dos disparos al
presidente que lo dejaron herido de gravedad. El atentado ocurrió en la sala de
un teatro de Kiev, Ucrania, y en presencia del zar y de sus hijas. Se manejaron
diferentes versiones del crimen, entre ellas la venganza por las represalias
contra revolucionarios y un complot de la Policía secreta que habría recibido
la orden de aniquilar al político reformador. Cuatro días más tarde Stolypin
falleció.
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