lunes, 6 de marzo de 2017

Piotr Arkadievich Stolypin

Stolypin fue un político ruso y, como ministro del Interior de Nicolás II desde 1904, recayó en él la responsabilidad de contener el movimiento revolucionario que estalló con motivo de la Guerra Ruso-Japonesa (1905). Aunque anteriormente se había mostrado partidario de introducir reformas que liberalizaran la Monarquía zarista, la Revolución le convenció de que el régimen sólo podría sobrevivir por medios autocráticos y represivos.

Después de aplastar la Revolución fue nombrado primer ministro en 1906 y conservó el cargo hasta su muerte. En 1907 reunió por segunda vez la Duma (Parlamento) que solicitaban los reformistas; pero la disolvió en cuanto comprobó la fuerza que tenía en ella la oposición de izquierdas.

En aquel mismo año dictó una ley electoral más restrictiva que, al reducir el peso del voto popular, le permitió convocar una tercera Duma dócil a sus propósitos (1907-1912). Al mismo tiempo, puso en marcha una reforma agraria encaminada a reducir el potencial revolucionario del campesinado ruso (1906-1910): eliminó las comunidades campesinas locales, colonizó nuevas tierras e impulsó el desarrollo de un campesinado propietario independiente.

Stolypin defendió también ideas originales respecto a la política exterior. En más de una ocasión habló de que la Triple Entente arrastraría al país a la guerra con Alemania. Curiosamente, Stolypin estuvo a favor de firmar un tratado de cooperación con Estados Unidos, según él, el único país de importancia con el que el Imperio ruso en aquel entonces no tenía disputas serias. En una intervención ante la Duma, Stolypin afirmó: “Den al Estado veinte años de tranquilidad, interna y externa, y no reconocerán a la Rusia actual”.


El siete de septiembre de 1911 el anarquista y confidente de la ojranka, la Policía secreta rusa, Dmitri Bogrov asestó dos disparos al presidente que lo dejaron herido de gravedad. El atentado ocurrió en la sala de un teatro de Kiev, Ucrania, y en presencia del zar y de sus hijas. Se manejaron diferentes versiones del crimen, entre ellas la venganza por las represalias contra revolucionarios y un complot de la Policía secreta que habría recibido la orden de aniquilar al político reformador. Cuatro días más tarde Stolypin falleció.

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