Fue un monje ruso, nacido en un pueblo de Siberia Occidental,
con una gran influencia en los últimos días de la Dinastía Romanov. Sus visiones le hicieron muy popular. Predicó
el futuro y decía sentir la unión entre la virgen María y el hombre.
En 1908, cinco años después de su llegada a San Petersburgo, fue presentado a la esposa del Zar, quien confió en el curandero para curar a su
hijo Alexis Nikolaiévich que padecía de hemofilia. Se dice que consiguió aliviar
su dolencia mediante hipnosis, y de esta manera ganó la confianza de la zarina
y también la del zar Nicolás II. Como consecuencia, le otorgaron un inmenso poder
en el gobierno del zar.
A principios de la Primera Guerra Mundial, Rusia atravesaba
un momento crítico y el zar Nicolás II asumió el mando del ejército, y Rasputín
el control absoluto del gobierno. Su influencia en la corte imperial
escandalizó a la opinión pública, debido a que tenía una mala reputación.
Fue conocido como El Monje Loco.
El plan para asesinarle fue elaborado por el príncipe Felix Yusupov,
heredero de la familia más rica de Rusia, el duque Dimitri Pavlovich y el
diputado Purishkévich. La fecha planeada fue la noche del 29 al 30 de diciembre
de 1916. Le invitan a una fiesta en el Palacio del príncipe Yusupov, situado en
el malecón del río Moika. Y en el sótano del palacio estaban preparados los vinos,
bizcochos y pasteles previamente envenenados con una gran cantidad de cianuro.
Más tarde, Rasputín fue tiroteado y ahogado.
La película Rasputín,
dirigida por Uli Edel y protagonizada por el actor Alan Rickman, está ambientada
en la Rusia de finales del siglo XIX y narra
la verdadera historia del monje. Es un hombre ambicioso, polémico y su
influencia sobre los demás se hará cada vez más notable, sobre todo en la mujer
del Zar. Ejercerá el poder desde la sombra y cambiará la historia de la
aristocracia rusa.
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